Christian Dávila

El día que me enamoré en Carpetana

 

 

El día que me enamoré en Carpetana

(Sentimientos de la pasión)

 

Y es que el aire es diferente y distinta es la ciudad, pero es cierto que aún extraño esa bella amistad. Sé lo mucho que se siente estar roto y no llorar, que mis pasos sean mas cortos y mas corto el caminar, pero a veces estas calles (y unos que otros ideales) me recuerdan cómo amar.

 

Hoy sentí que el mundo me aplastaba, que mis fuerzas no podían y mi luz se me acababa; al llegar a mi guarida no lo pude contener. En mi cuarto no me hallaba y al final me vi romper.

 

He tenido ocasiones donde simplemente no me puedo encontrar; cada quién está en su mundo y yo me hundo sin parar. Ya no sé si es agonía, o mi forma de vivir, pero es cierto que al final de cada día cuesta un poco ir a dormir.

 

He extrañado a mi familia, he extrañado lo que fui; esas tardes con amigos y lo lindo que sentí. Pero al fin lo puedo ver, esa luz de fantasía. El mensaje que me dice que esta vida solo es mía. Sé que a veces este peso me derrumba y cuán difícil puede estar, pero aprendí que ya no importa cuánto me hunda: lo que importa es que me pueda levantar, y hoy me levanté con los pies en el suelo y el corazón en el cielo.

 

Sé que mis sueños siempre esperan en mi cama y los recuerdos atraviesan mi ventana, y aunque a veces he extrañado mis raíces, sigo amando esta vida en Carpetana.

 

 

Si me ven abrazando mis lágrimas,

 

 

no consuelen mi sentir,

 

 

pues son lágrimas de amor,

 

 

y ellas prueban que viví;

 

 

que una vez me enamoré en una tarde de Madrid.