He aquí la noche engendrando más noche,
abriéndose al abismo en la pupila ausente,
hundiéndose en el pecho
como el eco de un invisible océano
que deja su huella sobre la silenciosa arena.
La noche como sombras de pájaros huidos,
como estrellas que caen y no se vuelven a ver,
como plata humeante bajo la piel de otra memoria,
como líquido horizonte en el blanco roto del amanecer.
La noche es un reflejo de astros fugitivos
en los ojos cansados del viajero.
La noche es un paisaje nacido del olvido.