Ay mi amor…
Eres el sol que abrasa… en mis días;
el viento que estremece mi cuerpo;
la brisa que refresca mi semblante;
agua viva refrescando mis labios.
Me deconstruyes diluyendo pesares
y sin sabores que traviesan el alma;
reconstruyes mis frágiles sentires
que me reinventan palmo a palmo.
Ay amor…
Tu mar me envuelve con sus olas,
y mis arenas se deslizan por tu tierra;
indescriptible sensación la de tu voz
recostada en las laderas de mi piel...
Apasionada… me hundo en tus ojos;
mis dudas se disipan al contemplar
el brillo de tu ser, que destila miel...
y me atrapa en una epifanía de amor.