Admiro tu insistencia viento
por cada ranura de tiempo
llevando tu frío aliento;
con el ánimo efervescente
con la fuerza desmedida
del que deja huella indeleble.
Admiro tu paciencia endeble
que robustece sin sentido
el pensamiento más engreído;
por qué osas sin advertencia
lastimar con violencia inusitada
la desesperanza del inocente;
de dónde llegas de repente
con las fuerzas mustias y ajadas
a dejar tu pincelada vana;
deja que tu figura haragana
despoje el timido camuflaje
de tu sensible yfalso personaje.