José Luis Barrientos León

Será tu hijo

 

Yo anhelaba ser un héroe,

fuerte, invencible, inalcanzable,

erudito, cósmico y único,

hasta que tu grácil vientre,

fundió el acero, demolió la coraza,

devastó la roca que levantó la muralla

 

Hasta que tu ingenua mano

diluyó el granito, moldeo la arcilla

troqueló el mármol que acuñó la vida

que vertió el oro hasta crear esperanza

y desterrar las hipócritas obleas de la indiferencia

 

Yo anhelaba ser un Hércules

Invicto, insuperable

hasta que sentí tus labios rozar los míos

derramando dócil tu miel de promesas

cuál divino amor de Ninfa y Hada

 

Hasta que tus eróticos ojos

rasgaron el olvido

para desleír la nieve

inundando mis entrañas

agitando mi latido cual selva virginal

descubierta por tu fémina rebeldía

 

Yo anhelaba ser titánico y robusto

invulnerable, colosal, imposible

hasta que tu tierna voz

derrumbó las murallas

encendió los astros

con la fonía angélica al decir su nombre.

Se llamará Darío.

Será tu hijo.