Las vacas, una a una,
van pasando al matadero.
Vivieron el privilegio de los pastos ricos
que engordaron cortes de exportación en el paisito.
Se creyeron listas en su soberbia mendaz ante el amor toruno:
amor capado, inconcluso, eunuco.
Pero llegaron estos Años Twenty… y fenece la gloria triste y temporal
¡las echan al redil ó a que renuncien!
Formas de existencia muy gemelas a la de ciertos homo sapiens,
homo sapiens del Uruguay.
Sí, los del Poder formal, casi siempre intruso, infértil y vertical,
falso, inocuo e inicuo.
Las descerebradas vacas…van cayendo, una a una.
Sin redención.
Apenas un amorfo perdón de sobreseídas causas.