Esa soledad
migrante consorte
interminable de los días
flamboyán rojo de mi niñez
sello en cada corredor de mi nombre
me amarra
espera
Ayer barroco
el futuro es un barco que navegué tiernamente
permanece
sobrevive mil cielos
comiendo memorias y bitácoras
recuerdo norte de la hora del temor y las encrucijadas
Esa soledad me besa tibia
ordena las noche del ángel de la ternura
espasmos del agua, algas y cormoranes
Ya nadie dice adiós
la lluvia se va escapando de los dedos
solo gotas tamborilean la línea del corazón
es la nieve donde solloza una huella
salpica al pisar y te acaricia