Yo, que mi vida te ofrecí entera
Yo, que me arrastré entre el fango e inmundicia
Dejando mi alma descosida y embadurnada
Por merecerte renuncié a la frivolidad y a los vicios
por ti la enjuagué, tallé y dejé escurriendo
para que poco a poco al mirarme se blanquearan
Por piedad, bájala ya del tendedero
con tu indiferencia se está deteriorando
cúbrete con ella
te dará calor en invierno
será tu caperuza
mi niña en primavera
envuélvete con ella por las noches
para que sientas cada una de sus fibras