Pedro Antonio Borges Rodríguez

INVIERNO SACRO

 

Verdad idílica, diáfana

Refleja la momia de cristal 

Sin palabras huecas, disfrazadas

Ni pelaje irracional

 

Lúgubre soledad

En los días críticos e inciertos

Que acallan mi tiranía

Y engendra, mi locura bella

 

 

Proliferan las ánimas

en el desierto nevado 

E incurren en glorificar 

El dolor prestado 

 

 

Coloridas son

Las flores del árbol del destino 

Y de quién descalzo, surcó

Las huellas en el gran camino

 

La tos del roble

Golpea, drástica en la noche

Balancea las copas de los árboles

Redimiendo la madera noble

 

 

El filón de acero 

Hunta la hojilla en la corteza

Quiebra el tronco, pesado

Y convierte el paisaje en dehesa