Abbo

Ópalo Brillante

Perfumó tu boca tanto mi piel, perfumaron mis labios tanto tu cabello negro, no han nacido las flores que tengan nombre para saber que aromas apasionados envuelven nuestros cuerpos al cerrar las cortinas y abrir las sábanas.

 

Cerca de donde corre el agua por las grietas de la tierra, te soñé. Estabas sentado sobre la piel de un toro, eras imponente, y yo era como un niño mirando el crepúsculo, me sonreíste y el sol de nuevo se colocó en su cénit, yo solo deseaba nunca dejarte de observar.

 

Tuve una visión de ti, vi tus ojos detrás de un ópalo brillante, bajé del cielo sin color y rendición. Tomé tu mano y navegué a tu boca constante. 

Morí al tocar tu calor, me cubrió redención al sentir tus labios, se esfumó el dolor, y ahí mismo resucité en tus manos.