Los fuegos del infierno ya arden en casa,
guerras, hambres, pandemias, involución,
bosques carbonizados, odios, sequias
aquelarres dantescos, furia y terror.
Tantos años luchando por la justicia,
por la paz, por la vida y por el amor,
tanto tiempo afrontando la dictadura,
-cárcel, hambre, torturas y represión-
para acabar pactando con los fascistas,
para vender el alma al mismo Satán,
ese Satán que viste de Armani y Prada
que promete riquezas y libertad
mientras hunde pateras, urde desahucios
y convierte el congreso en un lupanar.
Hay que abrir los mercados, las fortalezas
Y limpiar de vampiros la sociedad,
expulsar a las ratas de los palacios,
liberar la justicia, vivir en paz,
arrancarle los cuernos al minotauro,
respetar el entorno, la tierra, el mar
que esta casa es lo único que tenemos
Y la estamos vendiendo sin rechistar
a la criptomoneda del conformismo
de la envidia, del miedo y el ¡que más da!
¿Qué legado dejamos a nuestros hijos?
una tierra baldia, yerma, infernal,
una tumba flotando en el universo,
lo que fue un paraíso, hecho un erial
Aun estamos a tiempo, sal a la calle,
lucha por tus derechos, tu dignidad,
planta cara a los buitres y a los chacales
y defiende tu vida y tu libertad
que la vida es un soplo en una tormenta
pero un soplo que lucha por perdurar,
tus creencias, tu esencia y tu cultura,
tus raíces, tus frutos y tu verdad,
no malvendas tu herencia a los mercaderes,
carga el carro, espavila y ve a vendimiar
que hay millones de gentes que desesperan
por tener esos frutos que tu les das.