Acaso, en la Noche,
te acorrala la Indefectible Memoria
o te atrapa en Parpadeos el Alba en Cenizas
de tus Mañanas Apretadas y Esquivas...
Acaso, ya no sos sólo un Cristal Roto
y la Voz entregada a la Épica Luz
que Insolente te Embriaga...
Acaso, no sea el Ayer en Fuegos,
si no la Carne Dispersa entre Humos y Polvos,
que sólo Merecen, las Tejidas Porfías de tus Letras que,
reviven Palabras en Sudores y Hielos...
Acaso sean,
las Abyectas Metáforas que simulan Ardientes
las tempranas Mañanas y el Ocaso Extinguido
entre Velos Oscuros...
Acaso sea, que Percibís Aquellos Ojos Hambrientos,
que vieron en Eterno Subyugo,
tu Tiempo Alambrado y tu Infinita, Ardua Historia!,
Conmigo...
(Patricia)