Anne Black

El mensaje

Sera que le duele leer ese, -\"amiga\"-. Que suele soltar a menudo cuando el sol se oculta y comienza a sonar su casilla de mensajes. O será que le es indiferente o un poco la enfada. Quizá le entristece no estar a su lado. 
Quedaron en que él le escribiría y ella aguarda desde la mañana que suene su celular, revisa una y otra vez su mail, pero no hay rastros y la ansiedad la lleva a mirar sus fotos. A verlo con otra; feliz, o al menos lo aparenta. Entonces en el reflejo de un espejo viejo encuentra a una mujer ridículamente molesta, esperando un mensaje que posiblemente jamás llegue. Pues mientras lo piensa, seguramente él está apapachando y queriendo a su amada. Disfrutando el domingo que ofrece un sol hermoso y un cielo azul, totalmente despejado, junto a una pequeña brisa, casi pasando desapercibida. 
El reloj marca las 14:00hs y Diana sube a la terraza a observar desde su palacio encantado las calles solitarias y silenciosas. No hay aves, ni un paisaje montado de bellos árboles. Las flores desaparecieron con la llegada del otoño y tampoco hay un carruaje con su príncipe esperándola. 
Diana en el suspiro de la resignación se deja caer en el piso del balcón, se entrega a los rayos del sol y se pierde en el sueño que la lleva a los brazos de su pretendiente; en el centro del salón, bailando el vals, solos, enamorados, a un paso de ser atrapados por el primer beso de amor. Pero antes de que ocurra, un sonido que identifica de inmediato, interrumpe el sueño; sobresaltada, prende el celular y en el se encuentra un; - \"hola, soy yo\" -.