Nadie crece viendo crecer a los demás (Alejandro Díaz)
Una tarde esplendorosa
mi hijo salió al parque
y nos trajo tantas cosas
porque él todo lo comparte.
Pasó momentos muy gratos
jugando enhorabuena,
y nos trajo en los zapatos
cuatro puñados de arena.
También jugó en el lodo
porque estaba mojado el parque
por esos nos trajo a todos
sus manos de chocolate.
En el tobogán jugó divertido
lanzándose muy de prisa
trayendo el pantalón descosido
y la camisa hecha trizas.
Que regalos tan divertidos
trajo mi hijo del parque
menos mal que volvió vivo
después de tanto desastre.