Versos divinos
que nacen en la noche
desde el silencio.
Letras torcidas
con rasgos temblorosos
¡cuánto decís!
Vuestros mensajes
son besos de los cielos
y las estrellas.
Desde la noche
buscáis, infatigables
a los poetas.
Lleváis suspiros
de arcángeles sin nombre
para los niños.
También canciones
de nanas, en susurros
imperceptibles.
Es esa brisa
que envuelve con ternura
a tantas almas.
De esta manera
los sueños se renuevan
y vibra el alma.
Nace con fuerza
la vida y el poema
en cada noche.
Y también nace
la luz y la esperanza
del nuevo día.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/23