Noche virginal en el templo
Rocía la pureza encarnada
Se guarda en el bolso, el tiempo
La eternidad, al fin, comprada
Regla del canto mariano
Que alegra la estadía
De los huéspedes, que encontraron
La protección en el vigía
Angel del ámbito celeste
Tú pasión, se lleva con prudencia
Al haber superado la peste
Con el albor de la excelencia
Recorre tú paz, el mundo
Tú virtud, conlleva detractores
Para aquellos, que los motores
Emplean fuego foribundo
Es negligente, la impertinencia
Con el que pretenden arremeter
En el límite, de la obediencia
Se oculta tú gran poder
La libertad, es un hecho
Que ronda la entelequia
Pero tú vida, reina sin techo
Y por ello, el amor obsequias
Ocupó, un día, tembloroso
La extrañeza de la penumbra
Oscura lente inmunda
Diluvio y horror, portentoso
Pero se afianzó a un criterio
De fé en sus enseñanzas
Salvoconducto y refrigerio
Que mejoró la gobernanza
Ciclón de verdades informes
Consorte de la gran terapia
Con honor y sin uniforme
Conserva el amor por la patria