El Sr.sapo y la hermosa mariposa.
No se entiende por qué el Sr. sapo
nadaba sobre un pantano fangoso
durante toda su vida, a pesar de que
muy cerca de él, había un río cristalino.
Hoy se sintió triste porque por primera vez
miró al cielo y admiró la belleza
de la luna y las estrellas.
Les pidió perdón por haberlas
ignorado durante toda su vida.
Estaba confundido, como si hubiera perdido
toda su juventud, por creer que pertenecía
al sucio y oscuro pantano, sin saber que era,
pero sentía que había una razón muy grande
para no irse.
Por su propia voluntad, nadaba en círculo
de un lado al otro todos los días.
En su dolorosa realidad, tocó fondo y estaba
muy abatido, ya no quería seguir luchando.
Le quedaba poca fuerza, sus ancas temblaban,
estaban cansadas y decidió parar de nadar
y que el pantano se lo tragara lentamente,
como si fuera un acuerdo entre los dos.
¡Lo más curioso! El pantano se mostró indiferente
y no le gustó para nada una decisión tan inesperada,
ubicándolo a él en una lista de espera.
El Sr. sapo ofendido, no comprendía por qué
el pantano lo trataba de esa manera,
pensaba que lo conocía toda su vida.
De repente:
Su soledad fue interrumpida,
por la llegada de una bella mariposa.
Ella le preguntó:— ¡Buenos días, señor sapo!
¿Sería tan amable de ayudarme?
No conozco a nadie porque acabo de llegar.
Al señor sapo, La lengua se le trabó,
—Bue-Bue-Buenos, di-días
Cla-claro… Claro que-que sí.
No pudo articular palabra al contemplar
tal belleza, sorprendido de que la joven
mariposa no le temiera.
Ella, con su dulce voz, le dijo:
—Señor sapo, he visitado muchos lugares.
Y conocí a otras personas, pero no me sentía
cómoda con ellas.
Me fascina su pantano y me hace sentir segura.
¿Sería posible que me pueda quedar aquí con usted?
El señor sapo no podía creerlo; ¡Qué alegría!
Al oír semejante oferta.
Sin embargo, en su entusiasmo hizo una pausa
y se cuestionó a sí mismo, reflexionando:
—¿Por qué esto me ocurre ahora?.
No estoy seguro de si pueda; acabo de renunciar
a mi vida en el pantano, estoy en la lista de espera.
Una vez más, la hermosa mariposa muy cerca
lo miró fijamente y le preguntó:
—¿Quisiera ser mi amigo? No conozco
a nadie más en este sitio.
El Señor sapo, no estaba acostumbrado
a tener visitas, se sintió tan emocionado
que de inmediato se tiró
al fondo del fango con la esperanza
de ser perdonado.
Le preguntó al pantano:
— Usted me ha conocido desde mi infancia
sabes perfectamente que mi palabra es mi honor,
pero en esta ocasión cometí un error.
Me da vergüenza pedirle, si es posible
romper el contrato que acabo de hacer.
El pantano comprendió la razón de
ese cambio tan repentino y,
sonriendo, le contestó:
—No hay ningún problema mi amigo,
me alegra ver el brillo que hay en tus ojos.
De inmediato el Sr.sapo saltó de alegría y dijo:
— Gracias, muchas gracias, mi pantano hermoso.
Miró al cielo, agradeció a la luna y a las
estrellas por primera vez en su vida.
Sus ancas volvieron a recuperar su fuerza,
se sentía joven de nuevo, quería cantar,
quería bailar.
Parecía que su felicidad había llegado al final,
nadando en el pantano en compañía
de una hermosa mariposa.