Versos al pueblo que me adoptó,
Calchaquí, Santa Fe.
Me acogiste con tus siestas
con tan enorme silencio,
Es para reencontrarme
que interrogo tus misterios.
Con los destellos de sol
te descubriste del velo,
desnudaste de las calles
el tenor del gran anhelo.
Es poético ese corte
de tu plaza, de los juegos
donde el sonido estremece
haciendo vibrar el cuerpo.
Es tu delicada música
la que irrumpe en nuestro tiempo
con el trino de las aves
revelándonos lo eterno.
Quise siempre un suelo fértil
del que siempre fuera reo,
y recogiendo palabras
iré caminando pleno.
En vastos jardines crece
la niñez con el eco
escultor de la esencia
de su cántico primero.
Colecto suaves sus voces
cuando remontando vuelo
ya se posan sobre flores
con el canto de los sueños.
Cuando recorro tus campos
caminos siempre nuevos
mía es la esfera celeste
que da acogida a tu cielo.
Y los pinos y la luna
están contemplando el predio,
son testigos de belleza,
de la gente, del magneto.
Tu laguna es un remanso
que posee hondos secretos
en la memoria que te honra,
en la vida de tu templo.
Tus bosques y tus cañadas
son el pulmón de este suelo,
y la fauna se refugia
pero nos sale al encuentro.
Y en estos andariveles
va de corazón abierto
la calidez y el perfume
de las plantas y del pueblo.
Foto de Laguna de Cristal, Calchaquí, Santa Fe.