Miguel Ángel Miguélez

Contacto

 

 

 

 

 

Mis manos necesitan el contacto

cálido de tu seda sudorosa.

Sentir la lluvia ardiente que, copiosa,

derramas de rodillas y su impacto.

 

Adentrarse en tu mar estupefacto,

agitar esta noche borrascosa

y ahogar, bajo los labios de la rosa,

el fuego del amor aún intacto.

 

Mi carne firme entre tus carnes tiernas.

Tu cuerpo con mi cuerpo en conexión

sin límite ni fin, salvo el placer.

 

Mi lengua se aventura por tus piernas

y fluye sobre ti sin compasión

hasta llegar al éxtasis, mujer.