(Con Jorge Luis Borges)
LA NOCHE SE MASTURBA EN SU SEQUÍA
de signo y perdurable contingencia,
y una ráfaga esgrime la presencia
de esa luz en opaca tropelía
ante la pesadumbre que desvía
y encesta por el viento, interrumpido,
“las lunas que serán y las que ha sido”.[1]
Y yo, con lo que fui, sin más canciones,
derribo del altar de mis blasones:
el verso, la desgracia, lo vivido.
[1] Jorge Luis Borges