Cuando entraste en mi calma,
Transformándola en tormenta,
Y a mi barco de papel, aún le faltaban velas,
Velas todas las noches, que llamabas a mi puerto,
Y que alumbrabas como un faro cada uno de mis sueños.
Y tus olas de atención, que chocan en alta mar,
Madrugadas por sorpresa, que venían sin avisar,
Pero dime Robin Hood, ¿eres héroe de verdad?,
¿O eres sólo un delincuente al que le gusta jugar?
Ahora estás en mi cabeza, y esto me cuesta admitirlo,
Enredando entre recuerdos, que quiero vivir contigo.
No sé si son mariposas, o si eres sólo un capricho,
Ni sé por qué el destino, te quiso en mi camino.
Pensé que era más fuerte y de pronto apareciste,
Y no entiendo que veo en ti, pero se hace irresistible.
Nada ha cambiado, pero todo es diferente,
Y lo que más me confunde, es no saber qué quieres,
Entre yo y mi corazón, la razón ganó la apuesta,
Pero puede dar la vuelta si tengo a tus ojos cerca.
Así que deja de hacer eso que haces sin darte cuenta,
Si es que intento hablarte, pero tú me desconcentras.
Si algún día te importé, solo dime la verdad,
Porque este caos de mi mente, amenaza con estallar.
Sé que te vas, y que no puedo evitarlo,
No te deseo suerte, para ti no es necesario.
Y si no vuelvo a verte, este es mi último consejo,
Búscate a alguien que dé la vuelta a tus miedos,
Alguien que te busque, cuando no sepas encontrarte,
Y alguien que te guíe, cuando tu brújula falle.
Búscate a alguien que te escriba poemas,
Que sepa leer tus versos, cuando ni tú los entiendas.