Dos páginas y un mismo verso,
una que se lee de prisa,
y una se pausa y revisa,
capitulan y cotizan,
contra un mundo de ficción,
una lectura de amor,
busca mediar con fervor,
lo ilegal en esta vida,
escrita en itálica y negritas,
desafiando a la justicia,
son versos que están relocos, sueñan, excitan y vuelan
y hay veces que hasta nos dan risa.
Unos ya son de antaño y otros versitos foráneos,
vienen con miedo y sin vicios,
no clasifican, ni condenan,
piensan, valoran, consideran,
que la suma de su expresión,
pudiera ser la canción,
de quien no teme a los años.