No volverán
aquellos ratos bellos
de primavera.
Ni los tranquilas
noches, con sus momentos,
de los veranos.
Atrás quedaron
en un desván cualquiera
y en el recuerdo.
Bailan las hojas
del roble y de la encina.
¡hay vendaval!
El alma llora
y mira hacia el pasado
con gran nostalgia.
Esto no es bueno,
te olvidas del presente
y el día a día.
Deja al pasado,
que duerma y no despierte,
no le precisas.
Vive tu vida
y sigue caminando
hasta el final.
Te queda un tiempo
y debes apurarlo
intensamente.
Ama a quien quieras
y siente las caricias
de quien te ama.
Sueña y no temas,
habrá otras primaveras
y otros veranos.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/25