Ojos cuál ópalo negro, que succionan el abismo de tu ego,
Se postran ante mi, para que los bese y sean diamantes de fuego.
Adornada con tus perversiones convertidas en joyas de oro blanco sobre mi escote,
Intrigada plenamente sobre tu mente y lo que tú voz esconde.
Ingenua, y extasiada, creada para ser amada,
Sonrojada obsesión, te hace bailar con la mirada.
No soy Athena ni Artemisa, mi nombre refleja la unificación y se siente con la brisa.
Admirada para poseer y drenar de sus labios la miel que agoniza,
Imaginada en un pensamiento, hecha de lujuria plasmada en lienzo,
Soy la diosa del amor y el nuevo comienzo.
Soy la reina de la ilusión que borra tu pasado,
soy la guardiana de tu amor inmortalizado.
♥️