Raúl Bonilla

Mayo 27

I

Mi ciudad se llena 

Con una marea azul y blanco

Niños uniformados que dibujan un cielo por las calles y avenidas

Siempre iba caminando a la escuela

Quedaba a pocas cuadras de mi casa

 

Las clases de la mañana eran difíciles

Siempre soñaba mucho y me costaba despertar

Aun siendo niño tomaba café

Todavía, después de todos estos años, amo ese increíble aroma mañanero…

El elixir que encierra una taza de café… 

 

Con nostalgia me doy cuenta que al crecer el tiempo se acelera…

Recuerdo como los diez minutos de recreo parecían una eternidad

Hace unos años mis amigos y yo jugábamos trineo

Pero últimamente…

En nuestro último año antes de pasar a secundaria…

Lo que hacemos es hablar durante esos eternos instantes

 

Y todavía no les he dicho…que me voy a mudar a otra ciudad…

 

II

La taza de café todavía está caliente

Esperando el próximo sorbo

Mientras concentrado miro la pantalla

Tratando de analizar la información

 

La vista desde la oficina en mi casa es hermosa

El sol brilla y las montañas se llenan de color

Es bueno trabajar a distancia

Un regalo de la tecnología

Ser un nómada digital 

 

Al final decidí subir a trabajar al segundo piso

Taza en mano

Tengo un cómodo sofá en el balcón

La vista es similar a mi primera casa

La ciudad se extiende

Pero ya no muere en las montañas

Esta muere en la bahía

 

III

Nuestro nuevo planeta está rodeado por dos soles

Lo conocí en un viaje antes de reencontrarme con Ella

Reímos juntos jugando con nuestras cuatro sombras

 

Ella me preguntó hoy si extraño mi otra vida

No sabía qué responder

Ella tampoco lo sabe

Las cosas se sienten diferente ahora

Ese sentimiento de extrañar es inexistente

Recuerdo cuando estaba vivo

Pero ya no hay alegría o tristeza en esa remembranza

 

Solo existe el amor

Aun antes de que Ella llegara había amor…

Pero ahora es más intenso

Cada vez que recorremos nuestros cuerpos desnudos

Cuando beso su cuello

 

Bajo dos soles, en la verde hierba se dibujan tres besos…