Alexandra Quintanilla

Lugares rotos

 

Los lugares rotos no siempre son lugares
Quizá lo he asimilado como partes, no en un lugar si no más bien en una misma.
Esa es la parte concluyente en esta tenue y poco cuerda compostura.
Los lugares rotos son quizá lugares otros, anteriores y siniestros donde van surgiendo de a poco telarañas.
Cuentan los ancestros que son mañas
Pero extrañas mañas nos trasmiten desde las entrañas de la infancia hasta llegar al hueco de donde todo esto pasa.
Los lugares rotos quizá se comienzan en el ápice de una casa mal hecha y mal atendida y entendida.
No son hogares sino más bien lechos en donde cada cabeza se salva por si misma.
Casitas de concreto mal compuestas.
Hay casita de cartón con el amor de sobra, aquí en mi ciudad son muy pocas.
Las hay más aquellas mal envuelta y con costumbres poco frecuentadas al análisis coherente y sensato.
Piensan los ancestros que de eso ya no queda nada, tiempos aún más difíciles dicen ellos que vivieron.
Tiempos más difíciles preveen ellos que nos acontescan.
Pero la mente es una cuestión con la que nunca se sabe y de la cual uno nunca prevee hasta que la tiene tocándole la puerta.
La locura llama la clemencia 
De qué,
De quizás volver a ser igual a los de antes, o quizá borrar las viejas y achacadas páginas del pasado, y volver una a resurgir de otras formas pese a que la aceptación social nos recrimine por ello.
Y esque al final de mis días llevados me doy cuenta que cuando caes no siempre te extienden la mano, es más, hay gente tan dispuesta a undirte.
Por ello soy yo aunque al mundo le pese, todo se basa e importa en hacer lo que a una le satisface.
Los lugares rotos no siempre son lugares,
Lo son quizá incógnitas o huecos que nunca se llenan.