Germina la persona en la mirada
mientras las horas pasan, tan acuosas,
¿y cómo huellas van quedando, airosas
sobre la superficie de la piel?
Estrechándose mundos más sensibles
conviven experiencias amorosas
y el potencial de savias cadenciosas
convidan la ambrosía, de su miel.
El manjar de un destino se disfruta
sin premura, sutil rompecabezas,
en el espacio franco del hogar.
Al coincidir aquí la vida escruta
y nos hace vivir con las proezas
de seres que veremos proyectar.