Todo el tiempo perdido me quema por dentro,
es un incendio provocado por la mancha que queda en tu recuerdo,
causado por la cerilla que alguien dejo encendida
mancillando
mi amor...
Quede hambriento ante un banquete al que no fui invitado,
Sediento de un vino que no me pertenecía a mi beber,
Necesitado de un sudor que no cayo sobre mi frente
al ritmo de su cintura.
Perdido,
Recordando esos sensuales gemidos que no murieron en mi oído,
Ansiando inutilmente,
desesperadamente,
Que tu ingrato reproche,
y tu rechazo constante,
Te lancen para siempre, a lo único que mereces,
al eterno olvido