¿Qué sabes tú
de las veces que mis palabras
eran el veneno
que corría por mis venas?
Salí corriendo
para no contaminarte
con mi presencia,
para no herirte en mis horas
más amargas.
Mis demonios sueltos,
dando vuelta sobre mi cabeza
y yo con deseos de esconderme
en el bosque.
Lejos de ti, de todos.
En mi refugio silencioso
la calma llega sola,
el tiempo camina en sentido
contrario y los versos
me dan el consuelo
que tanto necesito.
La muralla impenetrable
me resguarda,
porque no hay alguien
en el mundo que pueda
hacerme tanto daño
como yo.
Crystal CG.