Nací con el orgullo de mi raza
que nunca a las batallas ha temido;
portando un corazón de amor henchido
que abriga mis ensueños cual coraza.
Él siempre cobardía la rechaza
y nunca titubeos lo han vencido;
y tiene del león porte aguerrido
que lleno de fervor la lucha abraza.
Mi casta de los mayas tiene esencia,
del inca su nobleza y su coraje
y lleva del azteca su presencia
que brilla con magnífico celaje:
portando los principios de conciencia
que sirven a esperanza de blindaje.
Autor: Aníbal Rodríguez