Bajó la mariposa para posarse en mis brazos,
su figura parece un hombrecito fascinante,
de sublimes colores, pintando eternidades,
como sosteniendo las estrellas en sus pequeñas manos,
germinando los sueños en sus alitas de anhelos.
Está aquí, escudriñando los instantes,
como el ángel ingenuo descubriendo la luz,
vestido de esperanza,
Vuela la mariposa entre mi alma y mis canas.
Vuela para posarse en mis ansias.
Vuela libre desde la fantasía hasta su madre.
Vuela para posarse en su seno.
Bajó la mariposa, para liberar el pasado,
volando por senderos de jardines y flora,
entre recuerdos como rubíes,
centelleantes, nacarados,
viajando desde la infancia,
hasta la vejez inevitable.
Bajó, y se durmió a nuestro lado,
reparando los sueños,
cobijando de amores, el porvenir y el ahora,
meditando profundo sobre cielos y auroras,
con su mirada de soles, entre jardines y flores.
Bajo sus alas crece un hombre,
erguido, dócil, de hermosos colores
ruge, llora, imagina, añora,
caminar el sendero, conquistar la corona,
del amor en sus alas,
y la entrega en sus brazos.