No solo abarca la etapa de la crianza y posterior desarrollo del bebé, va más allá de poner y quitar pañales, pasar alguna que otra noche sin dormir y batallar hasta que se coma la última cucharada del puré. Comienza en el momento que te das cuenta que eres capaz de hacer cualquier cosa por el bienestar de tu hijo.
Del mismo modo que se presta a sentir inseguridad; de la misma forma que que adaptación ante la nueva realidad encontrada, buscar el equilibrio entre los deseos y los proyectos, sin que se pierda la perspectiva dentro del terreno personal y profesional.
Implica en la medida de lo posible un crecimiento mutuo y tener la convicción que nunca más vas a sentir miedo.
Sin embargo, no es una tarea fácil porque no podrás eludir las dificultades que se presentarán en el camino y menos aceptar que tus deseos
se posicionen por encima del desafío al que se tendrá que enfrentar en la vida.
En esta aventura de aprender a ser madre se ejercita la capacidad de tomar decisiones, ensuciarse, ser puesto a prueba, y por encima de todo saltar cualquier obstáculo por conseguir su felicidad.