Ayer callo la tormenta esperada
No había viento,
Ni rayos, ni truenos,
Solo memorias y fracasos
De mi vida pasada.
Y mientras mi nave se hunde
Más me incumbe
En escribirte esta carta.
No me recuerdo de tu nombre
Ni lo que te gusta comer
A la hora del postre.
Solo me recuerdo
Del negro de tus ojos
Y el canela de tu piel
Que jamás olvidaré.
Te siento,
Te siento acariciándome el alma
Con el calor de una brisa extraña.
Te veo,
Te veo en las constelaciones
Y en cada detalle de este mar
Lleno de colores.
Te escucho,
Te escucho susurrando en el silencio
Las palabras que aún anhelo.
Te extraño,
Te extraño…
Oh Querube de piel canela
Guíame fuera de esta tormenta
Sálvame de este abismo
Y rescátame de las tinieblas.
Llévame a tus brazos,
A tu pecho,
A tus labios,
Y hazme soñar de nuevo
Que no somos el sol y la luna.
Que yo puedo ser tuyo
Y tú, puedes ser mía.