Un rastro de llamas,
ilumina
la pequeña embarcación,
mientras,
quiebran pequeñas olas
sobre la densa piel azul.
Un hilo de humo,
une la marea,
con el canto de la niebla,
En este espacio sin esquinas,
y ausencia de estrellas.
El viento juega,
la luna juega,
las olas juegan,
emerge,
una sensación intima
de libertad,
sigue la lógica.
se aferra a la calma,
se amarra cada día
al paso del tiempo
sus huellas de pescador
sus huellas de sal,
sus manos libres.