Cada parte de ti es un pecado capital en mí,
una tentación que me hace perder la razón,
un deseo intenso que me lleva al delirio,
y me hace caer en la tentación sin remordimiento ni perdón.
Tu mirada es la lujuria que me consume,
tu voz es la envidia que me hace querer más,
tu piel es la gula que me hace perdido en tu aroma,
y tu presencia es la soberbia
que me hace sentir invencible y especial.
Tus besos son la avaricia que me hace querer siempre más,
tu amor es la pereza que me hace soñar despierto,
tu pasión es la ira que me hace arder en fuego,
y tu espíritu es la envidia que me hace querer ser mejor cada día.
Cada parte de ti es un pecado capital en mí,
una tentación que me hace caer en la tentación,
pero que también me hace sentir vivo,
y me lleva a lugares donde solo el amor y la pasión existen sin restricción.
Así que, aunque cada parte de ti es un pecado en mi,
no puedo resistirme a la tentación de amarte y adorarte sin fin,
porque eres mi mayor tentación y mi perdición,
mi amor más grande y mi único afán de vida y emoción.