La rutina es lo que dice,
Un rotar de lo mismo,
Donde lo cotidiano lo hemos visto/sentido tantas veces,
Que el brillo original de su novedad
Es lentamente reemplazado por lo burdo,
Y aburrido quizás,
de lo conocido.
Sólo a veces,
Sucede algo inesperado,
Un agitar, una tajada, una manada
Que nos recuerda que lo nuevo, lo inesperado y lo místico
Nunca se fue.
Como ayer,
Cuando caminaba en la calle
Ocupado como siempre
Con el soliloquio eterno de mi interior
Y de repente un ciclista,
En desobediencia impertinente del orden alemán
Y su reglamentación minuciosa del tráfico de los cuerpos,
Se atravesó en mi camino,
Y fue allí,
En el intercambio de miradas,
Tan curiosas como reclamantes,
En ese momento tan fugaz e intenso,
En ese contacto de los ojos que despelleja la comodidad
Que finalmente vuelvo a recordar
El misterio tan fascinante como aterrador
Del “ser” humano
Y de estar aquí
Viviendo con elles