Perdón por mi torpeza...
Voy juntando papeles caídos del otoño
con recuerdos felices en botones de nácar.
Al pasar por el muelle
no supe conocer, el Amor, tras de tu sombra
tu mirada en los ojos vacíos
en tu mueca o sonrisa ...
No sé distinguir tu voz del canto.
Es ruda mi tarea sin estar preparada.
Perdón por mi tristeza.
Mientras tanto, me miro al espejo
al manejar angustiada. Porque me reconozco
frágil sin tu presencia.
Casi soy parecida a la niña que ya fui.
Como la flor silvestre que nació por el campo.
Mecida en tu regazo
como el pan que traías a la mesa
y en la oración rezada
juntos en el almuerzo.
Perdón por mis ausencias.
Deseo que por siempre me protejas...