Encarcelado en seis paredes de madera
Y tú siendo la cadena
Que evita el despegue
De mi alma a la vida nueva.
No llores.
Se fuerte.
Te visitaré en la mañana entre los rayos de oro,
Junto a los arcoíris que pintan el paisaje acoro.
Y en la noche, te pintaré un fresco
Lleno de bombillas fluorescentes
En un cielo cubierto de negro.
No llores.
Se fuerte.
Te cantaré con el viento
Y crearé una sinfonía
Para que nunca te sientas pequeño.
Te acariciaré con las lluvias de primavera,
Te abrazaré con el calor ardiente del sol,
Y te besaré con el frio de la luna llena.
Pues eres tú la que mantiene mi presencia.
Pues eres tú la raíz
Que me sostiene en esta terrible tormenta.
Solo te pido,
Que nunca me olvides,
Porque mi alma vive en tu memoria
Evitando que mi existencia
Perezca en la historia.
Solo te pido,
Que nunca olvides que me he ido,
Porque entonces…
Una pequeña rosa en el viento
Me habré convertido.