Esta mañana pensé y medite en ti. ¡Que bello amanecer! gracias por tu rescate, medite en todo que leí.
respirando tu aire, sintiendo la insosobra, sobre tu cuerpo, y tu mente. Él, su espíritu siempre enviará.
sentí la fragancia de ese frasco pequeño impregnada en esa reunión. tus sandalias y tus pies suaves, aún sin sufrir, con razón ella te quiso consentir antes de morir...
esperaba el amanecer de un nuevo día su señor respirara algo de calma y sonriera bajo la luz de la Alborada, ese 14 de nisán después de ocultarse el día.
Durante el día te recordaba, así como meditaba en tus consejos. Ella lleno su corazón del amor que brindabas. y esa calma se respiraba en toda la sala, ella observaba hasta tus reflejos, Aún desde lejos.
y recordaba tu ternura que encienden el espíritu de dulzura, al alma que te ama con ternura. Al nacer un nuevo día por estas fechas me inspira la melancolía por mi, mi vieja suspiraría, mis ojos se llenan de llanto, aunque, tú, le das luz a mi vida.
Pero me toca destruir las objeciones que causa la algarabía del día al tocar los balcones. Pero
tu imagen me acompaña rumbo a la labor del día.
El desayuno compartido es un preámbulo que modera la rutina.
¡Tu tierno beso de despedida!
fue judas quien contristo el corazón, de quien más le queria, ! ¡Quién lo diría! cual fue tu tristeza al ver que su alma destruiría.
No me abandones, mientras mi voz en oración aclama a nuestro creador po más sujeción.
Grabare en mi memoria tus últimos susurros a nuestro Padre y Dios pidiendo por tu alma, que al respirar se fue tu agonía.