Oh Coral, en la marea de tus labios prohibidos,
Se desliza el deseo que a tus orillas me arrastra,
Tus besos de sirena melodiosa, entonan cantos de pasión,
Que en mi ser resuenan, como tormentas en alta mar.
Tus piernas, algas sinuosas que invitan al abrazo,
Al compás de las corrientes, en un baile erótico y burbujeante...
Y en la profundidad de tu mirada, el abismo oceánico se pierde
En los arrecifes de un amor extático y salvaje.
La luna llena, en tu piel morena, se enciende de deseo,
Mientras el sol, a tus pies, se funde en un ocaso ardiente.
Tu cuerpo, isla de placeres, entre susurros de espuma,
Revela la sinfonía que mi tacto ansía devorar.
De tus senos, dos conchas perladas, brotan notas saladas,
Que mi boca anhela saborear, en un lento vaivén,
Y entre tus brazos, la brisa del mar se estremece
En el crescendo de éxtasis de tu arrecife, mi Coral.