¡Cómo sufres, Pachamama!
El hombre te ha envenenado.
Tus entrañas han sangrado
con dinamita y con llama.
Mi poesía reclama
la justicia para ti.
Te robaron tu rubí.
¡Cómo sufres, Pachamama!
Tus busques han desolado.
Tus entrañas han herido
con mercurio diluido.
El hombre te ha envenenado.
Oro y coltán han sacado
de tu vientre, Madre Tierra.
Las granadas de esa guerra
Tus entrañas han sangrado.
El exterminio se ensaña,
sobre tus bosques y minas,
para convertirte en ruinas
con dinamita y con llama.