Hay margaritas
que asoman en los campos
para tus ojos.
Y yo las miro,
sonrío y las saludo
pensando en ti.
Hay amapolas
que extienden hoy sus pétalos
con gran pasión.
Y con mis dedos
acepto su lujuria,
las acaricio.
Hay rosas blancas
que ofrecen sus colores
casi temblando.
Y, como en sueños,
las llevo hasta tu pelo
para embrujarte.
Unos claveles
se ofrecen a la vista
y yo los tomo.
Pienso en tus labios,
tomarlos con los míos
y regalártelos.
¡Ay, primavera!,
con cuántas utopías,
tú me emborrachas!
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/23