Muchas veces he visto necesario el hecho de someterme a ciertas sensaciones, justamente para comprobar que todavía sigue funcionando esa parte melancólica en mí...
Supongo que, quienes me han presenciado yacer bajo la lluvia o en las gélidas mañanas de invierno, creyeron casi inmediatamente que sufría de algún tipo de locura; temo decir que en parte lo es, lamentablemente no elegí que mis emociones calen hasta mis huesos y, por tal razón, encuentre necesario el sentir algo tangible.
Y lo cierto es que, muchas veces, me siento tan inmersa en mis pensamientos que no logro distinguir que es lo real; si el dolor que aparece a flor de piel es producido desde el interior, o si la felicidad reflejada en la electricidad de mis brazos es un impulso eléctrico puramente voluntario.
Creo que de eso se trata también el \"sentir\"; que de vez en cuando, pase por nuestra cabeza la idea de si nos encontramos con algo totalmente cuerdo, o algo sumamente irreal...