Encadenado clandestinamente a una conjetura ambigua,
dando vueltas a la falsa idea de su regreso,
empeñado en abrir las fronteras de lo incierto…
para desafiarle a la desidia…
y hacer explotar un pedazo de esa algarabía inerte…
que guardo como reliquia de su embustera estadía, momentánea.
A veces le muestro mi desconsuelo al espejo…
y me arrepiento de ser tan elocuente,
debería aprender a callarme la tristeza…
y a guardarme mis lamentos…
para cuando calme la tormenta.
¿Por qué llueve incontrolable con tanta malicia?,
pues da miedo su estruendo mentiroso.
Estoy cansado, sin duda, de tanta hipocresía liberada,
y debe ser por eso que trato de huir de mí mismo,
para que nadie encuentre mi escondite de versos.
Veo gente guindarse de mi supuesta realidad…
y lo más irónico es ser víctima de sus presunciones embusteras,
creen seguramente que estoy a punto del colapso…
y la verdad es que me siento más lúcido que antes.
Pero el cansancio que me atrapa es innegable…
y seguramente me hace ver decepcionado…
como si quisiera colgarme de un suspiro…
y acabar en el precipicio de mi hastío.
¡Falso! …¡nada más falso!,
todo lo que se imaginan está muy distante de lo que verdaderamente me agobia.
Solo quiero hacer un viaje a uno de esos sueños profundos…
de donde nadie retorna…y despertar risueño en un planeta de luz…
junto a mis más queridos recuerdos.