Auguran su más límpido dominio
las noches entre versos que aquilatan,
sacuden desveladas sus nostalgias.
las musas que revelan acertijos.
Se nutren amorosas del lirismo
que fluye siempre diáfano en su viaje,
dejándonos su estío entre paisajes
que exultan el lenguaje de la vida,
en tanto solazadas con la brisa
se mecen sus auténticas verdades.
Y escucha acompasadas melodías
la ilusa poesía en su remanso,
se apropia del amor en su agasajo
y expresa la magnífica osadía.
Cadencia en su más rítmica caricia
propone sus arpegios delirantes,
inspira al horizonte en sus azares,
converge en abundancia jubilosa
sanando cicatrices que en las sombras
pretenden sofocar los madrigales.
Sorprende el galicinio milagroso,
refiere al sortilegio de la noche,
se asoma revelándonos sus dones
y muestra lo genuino de su rostro.
Nos hace enamorarnos del asombro
que sabe del adagio de la espera,
trasciende siempre libre y sin fronteras,
consuma refulgente el sortilegio
e irrumpe gentilmente en el silencio
que esboza tantos sueños en poemas.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul