Las flores se ponen de pie,
a la luz tempranera del astro rey,
y una coral de alegres pajaritos,
entonan un hinmo de amor.
¡ Amado Señor !
te alabamos con toda devoción,
agradeciendo todas tus bendiciones.
Gracias Padre Eterno,
por darnos a Jesús,
tu hijo amado,
dueño y Señor de nuestro amor.
Todo el orden celestial,
y todo tu pueblo terrenal,
decimos santo, santo , santo,
sea tu nombre, Padre Eterno.
Saulo García Cabrera