Allen Andree

EXTRAVÍO

Toda la tristeza del presente se debe exclusivamente a mí

todas las ganas de gritar, de gritarme

se recogen en más de un puñado de tropiezos y de propia indiferencia

existen tantas apuestas del alma perdidas

 

Luego, se supone que todo es aprendizaje y que no existe la soledad

luego, uno se incorpora y simula vivir y dominar al tiempo

entonces somos una máquina que esquiva la presencia de su creador

entonces somos un fuego que no arde y que no quema

 

Despedimos las ilusiones voluntariamente

somos los testigos del fracaso que nos susurra por las noches

y después de todo suponemos nuestra fortaleza

y después de nada, andamos por las calles buscando consuelo

 

Quisiéramos estar en otros paraderos

quisiéramos tener una vida superlativa

pero no estamos dispuestos a reconocer lo que no decimos

guardamos silencio en la puerta de todos los palacios

 

No sabemos qué motiva nuestros deseos

responderíamos a una pregunta sin miedo o sin pena

si pudiéramos dejarnos reconocer por nuestra propia sombra

que cruzada de brazos

simula una mirada de compasión y consuelo