Morrigan17

Trozos, esquirlas y polvo

\"Volver a ser de repente tan frágil como un segundo, volver a sentir profundo como un niño frente a Dios\".

 

El anhelo de volver a ser esa niña, inocente y dulce, con el corazón puro, latiendo de tranquilidad y confianza, dispuesta a entregarlo sin reparos, sabiendo que está en las manos protectoras de un ser que siente como ella.

 

La esperanza que cada día se aminora de la mujer que por dentro está rota, y entrega con temor y dolor in crescendo, cerrando los ojos para no asesinar a la fe, los trozos de su corazón sangrante, a un ser que cree siente como ella.

 

Ese hombre y esas manos, esa boca y las mentiras, apretando el corazón, de trozos a esquirlas mientras ella cierra fuertemente los ojos y sobrelleva el dolor.

 

La fe, como debe ser, ciega. Las esquirlas de corazón, como deben ser, puras. La esperanza, como debe ser, fuerza, y la oscuridad, profunda y solitaria.

 

Ella se busca en esa oscuridad, con las esquirlas clavadas en el pecho, agotada, busca a su niña. Procediendo del centro de la Tierra, nacida en el fuego intenso, asume la naturalidad de la pureza que la superficie de la misma Tierra le arrebata, y siendo ella, mujer terca, busca a su niña.

 

La niña que llora en silencio, que cierra los ojos, se aprieta el centro del pecho, respira con dificultad y como Violeta Parra, desea volver a sentir profundo como un niño frente a Dios.

 

La mujer, a oscuras, desesperada buscando a su niña para acurrucarse con ella, abrazarla y sentir profundo como un niño frente a Dios.

 

Con las esquirlas, una vez más, cerrando los ojos, entregándolas con escozor infernal, una vez más a ese hombre, que en apariencia siente como ella.

 

Mentiras, distancias, desapego, ese hombre que suelta las esquirlas y camina por encima de ellas y cansado de sus pasos, se aleja.

 

Y la superficie de la Tierra, de un rojo profundamente puro, brillando, siendo polvo de corazón.