Ecos que en Blancos, susurran
tu Nombre...
Ecos en el Negro Palpitar de aquel Vino del Estío,
que ya muere...
Ecos en el Árido Desierto, que amanecen Tardíos
en el Camino Borroso
de tus Fuegos y tus Lemas...
Ecos Irritantes que mutan su Sonido, Irreparables...
Ecos en Sigilo, en las Arrebatadas Estrofas
escritas en las Cenicientas Auroras...
Ecos que se esconden en las Guitarras, las Rosas
y en el Rubí Carmesí,
que te Niega...
Ecos Callados y Sordos,
enséñenme la Larga Senda
que entre Naufragios y Abismos,
exalta el Júbilo y la Música,
del Tiempo, el Olvido y la eterna Memoria...
(Patricia)