Ya viene un nieto, otro más,
que la vejez ha querido regalarme.
Y lo veo llegar, o lo imagino,
con ese mismo contento y picardía
y ese pelo rojo semejante
a su hermano.
No podría ser de otra manera,
no podría haber menos dulzura
en su mirada… para alegrar mis años
y complacer mi vanidad de abuelo.
Serán un par de antorchas que iluminan
el sendero… en este último trecho…
definitivamente vital y necesario.
A Bautista, con mi amor de abuelo.
De mi libro “De mis últimas letras”. 2020 ISBN 978-729-540-5